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Ha sido un pequeño chasco, para qué os voy a engañar. No entiendo muy bien que se venda como una novela divertida porque sinceramente a veces me daban ganas de llorar leyendo el libro. Eleanor es un personaje estupendo, su camino vital es tremendo y es un gustazo ver cómo evoluciona desde que conoce a Raymond, un encanto de hombre. Dicho esto, os cuento que me ha costado la vida terminarlo, no lo dejé porque no soy de abandonar las lecturas pero me he pasado más de medio libro penando por los renglones. No os quiero destripar cómo es Eleanor pero estar dentro de su cabeza durante más de medio libro ha sido terrible, no conectaba para nada con ella (a pesar de despertarme mucha simpatía -soy un saco de contradicciones, lo sé-), me olía todo lo que había pasado y lo que iba a pasar (y, efectivamente, no me equivocaba) y no encontraba nada que me llamara la atención. Según avanza la relación con Raymond (ojo, este libro no es una novela romántica) Eleanor va cambiando y el libro va siendo menos árido y más fácil de leer. He acabado sintiendo mucha simpatía por Eleanor, mucha alegría por ella, pero no soy capaz de superar el coñazo que me ha parecido más de la mitad del libro. Así que tres estrellitas para este libro, una lectura irregular cuyos momentos más dulces o bonitos no contrarrestan la amargura y tristeza que me ha provocado. Ah, la sinopsis, a pesar de ser totalmente cierta, te induce a pensar que este libro es otra clase de libro. Espero que vosotros lo disfrutéis más que yo, tal y como le ha pasado a mucha gente. |
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