Eleanor Oliphant está perfectamente

Esta es una historia especial, con una protagonista que te llega muy dentro. Es la historia de Eleanor, una chica que trabaja como contable es una oficina de las tantas que hay. Una chica solitaria que no conecta demasiado bien con la gente. Una chica adaptada al mundo en el que vive, a su manera. Y es que como ella dice “Estoy completamente bien”.

Según vamos descubriendo a este magnífico personaje podemos ir intuyendo pequeñas trazas de lo que ha sido su vida, elementos dispersos que poco a poco irán dando sentido a algunos de los comportamientos de Eleanor, a algunas de las cosas que hace o que dice.

Es una lectura que va transformando la mente del lector, que hace que vayas evolucionando en tu manera de pensar, de entender las realidades que vivimos cada uno desde nuestros pequeños mundos interiores. No hay grandes giros, al finalizar los capítulos no te invade ese hormigueo de intriga por saber que más pasará, pero en cada capítulo la protagonista se va haciendo un hueco más grande, de manera que quieres seguir conociéndola.

Durante la lectura a veces sonreía e incluso me reía, pero luego esa risa me dejaba una especie de poso de amargura al atisbar la realidad que había detrás.

No quiero dejaros con un mal sabor de boca a vosotros, es una lectura dura pero también es una historia de evolución, de fe en la humanidad, porque las buenas personas existen. Las personas sin malicia, sin doble filo que hacen que nuestro día a día sea un poco mejor.

Junto a Eleanor conoceremos a Raymond, un personaje que me ha sorprendido totalmente, no esperaba gran cosa de él, pero ¡ole y ole!. Es el chico que todo el mundo querría en su vida. Tan sano, tan auténtico...

Lo más interesante del libro es sin duda la relación de Eleanor con su madre, se intuye en esas charlas que tienen cada miércoles que no es una relación al uso y en cada charla vas haciéndote una idea de como fue la infancia en esa a veces extravagante familia.

En definitiva, un libro de personaje en singular. Un “must”