Me ha gustado tanto como la Iliada, diría que hasta más. En este libro vemos todas las desgracias que pasa Odiseo/Ulises para volver a su amada Ítaca, pero no es solo eso, también vemos qué pasó con los demás personajes y me encantó saber de ellos. Desde el trágico destino de Agamenón, el regreso de Néstor y Menelao a sus respectivos hogares, Pilos y Esparta, hasta una conversación con Aquiles, Patroclo y mi adorado Áyax en el Hades. Al desarrollarse principalmente en medio de un viaje conocemos más escenarios y en general enriquece más la lectura. Se ve a lo largo de la obra una madurez en los personajes, el principal ejemplo de ello es Telémaco. Sin embargo, yo en particular, lo que más disfruté fue ese amor y angustia filial que desprende toda la obra. Desde el perro Argos, que pese a los años sigue esperando a su amo, la pobre y genial Penélope, que simplemente se niega a serle infiel a su marido y se las ingenia para lidiar con los pretendientes, Telémaco que se lanza al mar para buscar noticias de su padre, sufriendo por él a pesar de casi no tener recuerdos suyos, hasta el mismo Odiseo, a quien se le presentan mil y un percances, se enfrenta a la soledad, se le insinúan mujeres hermosas como lo son Calipso y Circe, se le ofrece inmortalidad y aún así elige volver a su hogar. En fin, me encantó este libro. Siento que mi antiguo yo amante de la mitología griega está completamente feliz en este momento. |