Un libro que nos acerca a la infancia de Isabel II, cuando tuvo una institutriz que marcó la educación y la vida de la que luego sería reina. Estamos en 1933 y Marion quiere enseñar a niños pobres para que tengan oportunidades pero, una oferta de trabajo para educar a la princesa Isabel, acaba mandándola a Palacio. Aunque es reacia, al final, descubre lo importante que es educar a una princesa que será la que marque la educación y combata las injusticias de su país. Ella verá cosas de las que no puede hablar y acercará a la princesa al mundo para que vea la realidad del mundo en el que vive. Es un libro muy humano, te muestra las dos caras de una misma moneda, la lucha que se debe hacer discretamente y desde el interior para cambiar un país y el sacrificio que supone salirte de tu sueño para educar a quien luego puede alzar o hundir un país. No se hace pesado, es un libro ágil, con partes tristes, otras duras y algunas divertidas, con la lucha y la educación de fondo, con el resultado de las injusticias rodeándolo todo. Me ha encantado como la autora te narra una historia basada en un hecho real, y mezcla todo de tal manera que sientes que formas parte de la historia. |