La formación de una marquesa

En esta novela conoceremos a Emily Fox-Setton, una mujer de buena cuna pero venida a menos, que a sus 34 años y sin opciones para casarse debe trabajar para subsistir realizando encargos para señoras de la alta sociedad. A través de una de las damas con las que trabaja conocerá al marques de Walderhurst, un viudo muy codiciado que contra todo pronóstico eligie a Emily como esposa descubriendole una nueva vida donde el lujo y la avaricia se dan la mano.
La novela está dividida en dos partes, de hecho se público en dos entregas. En las primeras páginas nos encontramos una típica novela romántica victoriana, en la que una mujer de futuro incierto conoce al hombre que la convierte en duquesa. Es en la segunda parte, con la entrada en escena de unos familiares lejanos, donde la historia da un giro inesperado convirtiéndola en un cuento gótico muy oscuro donde la codicia saca a relucir lo peor de la naturaleza humana.
A pesar de esa diferencia de trama la novela se desarrolla de manera muy fluida, sin que nada chirríe o resulte demasiado chocante. Lo que más me gustó fue la evolución de la protagonista, como las circunstancias obligan a Emily a crecer y perder parte de su ingenuidad pero sin abandonar su esencia, esa esencia que le hace tener una concepción quizás demasiado elevada del género humano y por la que a veces no me hubiera importado traspasar las páginas y zarandearla.
La novela es muy entretenida, hay algún que otro momento de tensión y suspense pero huye totalmente del drama, de hecho hay momentos bastante divertidos y la autora hace gala de un fino sentido del humor.
Y aunque disfruté más de la primera parte, en general me ha gustado bastante. La historia es sencilla, agradable, está bien escrita y hace que  disfrutes de la lectura. Muy recomendable si quieres pasar un buen rato.