InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de carlotenia


carlotenia
17 April 2024
En el primer capítulo de esta adorable novela acompañamos a la señora Yeom en el tren, cuando se da cuenta de que no está su estuche con su monedero donde tiene su documentación y algo de dinero. Se pone nerviosa, pero casi inmediatamente recibe una llama a su móvil de una persona que no conoce. Es alguien que ha encontrado sus pertenencias y con unas monedas del monedero la ha llamado para devolvérselo todo. Queda con él en la estación de Seúl para que se lo de. La señora Yeom es una profesora ya jubilada que es todo amor y corazón, tiene una hija y un hijo ya mayores aunque el hijo le da más problemas que la hija, y es dueña de una "tienda de conveniencia". Un tipo de tienda de esas que abundan en Japón y que aquí conocemos como tiendas 24 horas, esas tiendas que tienen de todo un poco, y donde puedes pillar algo de comer, alcohol, chuches y cosas así. En Japón este tipo de tiendas también tienen una pequeña terracita con algunas mesas para poder comer de camino al trabajo, o tomar algo de alcohol sólo o en compañía. La tienda de la señora Yeom hace tiempo que debería estar cerrada, porque prácticamente no da beneficios, pero como ella es tan buena y considerada la mantiene abierta porque si no, ¿dónde acabarán sus empleados? Una chica joven que estudia a la vez que trabaja allí, un hombre mayor que hace el turno de noche y si lo despide, quizás a su edad ya no encuentre otro trabajo, y una mujer ama de casa de mediana edad que tiene un hijo que es un vago y ella es la que aporta el dinero en casa... Así que por el bien de estas personas, la tienda sigue abierta.

Cuando la señora Yeom llega a la estación, conoce al hombre que tiene sus cosas, y no hace falta ser un lince para darse cuenta de que es un indigente, y que vive allí. Se hace llamar Dokgo, y está herido por proteger el monedero porque se lo han intentado quitar. Inmediatamente despierta la ternura de la señora Yeom y le da algo de dinero y además lo invita a comer alguno de los platos de su tienda siempre que quiera. La dueña se sorprende cuando la chica de la tienda le dice que siempre va a última hora para aprovechar los platos próximos a caducar y que van a tirar para ser los que se coma. Así de prudente es el hombre. Una serie de circunstancias hacen que el puesto de noche quede vacío, y al ver la señora Yeom que ella no es capaz de trabajar en ese puesto, decide ofrecérselo a Dokgo, que pasa a ser su nuevo empleado.

A partir de aquí es donde empieza la verdadera trama de esta maravillosa novela, y es que Dokgo va a cambiar, y sin proponérselo que es lo mejor, de todas las personas que le rodean. al principio sus compañeras e incluso la gente que entra a la tienda son un poco reticentes cuando lo ven. Si eres indigente, mucho no hablas, y él ha perdido la capacidad de expresarse y tartamudea bastante. Va con un abrigo que hace que parezca un oso gigante porque además es muy grandote, es un poco torpe y lento. Esto exaspera sobre todo a la señora que hace el turno de la tarde, porque en las entradas y salidas coinciden. Pero poco a poco Dokgo se va soltando, tanto hablando como trabajando, es muy minucioso, detallista, sabe escuchar, siempre tiene una frase o una palabra, que aunque no tengan nada que ver, te hacen sentirte mejor, da consejos que resultan tremendamente útiles, con los ladrones no hay problema porque los mantiene a raya sin usar casi la fuerza. Sólo con su presencia no se atreven a pasarse... Y lo mejor es que como os he comentado, todo esto lo hace inconscientemente. Y resulta que poco a poco vamos viendo como Dokgo hace mejor la vida de los que están alrededor. Ya sabéis aquello de que si se hace el bien, este vendrá de vuelta. Con Dokgo, empieza una especie de cadena en la que sin darse cuenta, unos se ayudan a otros. El indigente aumentará las ventas de la tienda, sólo por su atención innata a las personas, por sus palabras que cada vez son más fluídas, por prestarse a pequeños detalles bonitos como ayudar a las ancianas que compran por la mañana a llevarles las bolsas a su casa. Se correrá la vez y de repente la tienda se llenará de ancianas por las mañanas. Es una novela que se podría calificar de feel good, ese tipo de novelas que te dejan buen sabor de boca, te hacen sentir bien, aunque hay historias feas dentro de la trama, parece que todo se va enderezando poco a poco.

Porque sí, hay cosas que no están bien: todo el mundo tiene problemas, desde aspiraciones a trabajos mejores hasta desasosiego por el trabajo y por una familia inestable, hijos que no tienen ni oficio ni beneficio y sólo quieren aprovecharse del trabajo de los padres... Pero todas estas situaciones se nos presentan de manera normal, no catastróficas... Dokgo hará comentarios desde su experiencia, por ejemplo con el alcohol, si se cambia el alcohol por una bebida novedosa pues quizás con esta bebida que es nuevo nos olvidemos de tomar lo que nos hace daño... Y aunque parezca una bobería funciona. El hombre dice cosas lógicas que los otros personajes no habían pensado y resulta que así debe ser. Pero Dokgo también tiene sus problemas, son muchas cosas las que ha vivido y por las que ha sufrido, y muchos años alcoholizado, tanto que ha perdido la memoria, y cuando empieza a "vivir" de nuevo empieza a recordar y se horroriza de como fue su vida anterior y porqué llegó a convertirse en un indigente. Podrá arreglar las cosas que tanto estropeó?

Creo que uno de los puntos fuertes de esta novela son los personajes. Los principales son la señora Yeom y Dokgo, pero hay una suerte de personajes que van desfilando por la tienda que también nos van a enternecer, algunos más que otros, sabremos qué se trae entre manos el hijo de la señora Yeom y porqué quiere que su madre venda la tienda, conoceremos un investigador de triste sombra que no hace del todo bien su trabajo y su vida dará un giro inesperado... Un cirujano sin escrúpulos que vive por y para el dinero... Todos personajes con vidas normales, cotidianas, de los que aprenderemos qué hacer y qué no hacer. Porque esta novela es de aprendizaje, de lucha por metas, de no prejuzgar, de valorar lo que tenemos porque no sabemos cómo podemos acabar, de ayudar a los demás y antes o después se nos devolverá... Es una novela didáctica con moraleja que no podemos pasar por alto.

Hay que hacer una mención especial a la traductora de la novela, Ainhoa Urquía. Muchas veces sólo destacamos al autor, pero no es fácil realizar una traducción de una novela en coreano y que sea tan fácil de leer como esta, su labor es encomiable, la narración es perfecta, fluida, la ambientación... Esto hace que la novela se lea sin problema ninguno, todo se entienda bien, nos empapemos hasta la médula de Corea, su ambiente, sus costumbres, cómo se comportan allí, vivencias... Está claro que sin un buena buena corrección y una buena traducción una novela puede ser todo lo buena que quiera, pero no llegará en otro idioma en condiciones. La editorial sabe elegir a los mejores profesionales en este sentido y eso es muy agradecer en éxitos como este, que nos llegan de fuera. Ainhoa es doctora en Traducción y Estudios Interculturales en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y profesora asociada en el Área de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).


En definitiva, una novela muy recomendable por ser una lectura fresca, llena de personajes con los que es fácil empatizar, muy fácil de leer, que nos dejará gratos momentos, con algunas dosis de intriga, con un trasfondo positivo lleno de buenas sensaciones que te deja una calidez muy bonita, una lectura amable de esas que reconfortan, donde puedes darte cuenta de que pese a que la vida las haya tratado mal, hay personas buenas que pueden darle la vuelta al destino. Una historia de esperanza, porque la vida puede cambiar en cualquier momento, sólo hay que aprovechar lo que viene y lo que viene, como esta tienda, puede ser asombroso.
Enlace: https://losauguriosdelaluna...
Comentar  Me gusta         30



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(3)ver más