La luz de la esperanza

Si soy sincero cuando vi el título del libro no me llamó la atención. Pero cuando leí de que trataba dije… ¡ojo, esto puede estar bueno! “La luz de la esperanza” nos lleva a Alemania donde vemos la creación de la primera escuela de perros guías para soldados invidentes.

Durante la primera guerra mundial, muchos soldados alemanes pierden su vista a causa de granadas o bombas aliadas. Como una forma de ayudar a esas personas surge la idea de utilizar perros durante la rehabilitación. Junto a Anna, enfermera alemana, y Max, soldado herido en combate, veremos una historia de lucha en busca de la deseada reinserción social y sobre todo sanar las heridas psicológicas que la guerra ha dejado.

Pero al iniciar mi lectura tenía algo de miedo. Si el autor me mataba un perrito de forma violenta lo abandonaba de inmediato. Por suerte los perritos solo están destinados a hacer feliz a quienes los necesitan. La historia es bonita, conmovedora y a ratos romántica, pero no por ello menos trágica. Los personajes tienen pruebas difíciles que enfrentar en un contexto histórico complejo. En ese sentido el autor nos habla de la guerra, pero siempre mostrando dos realidades: por un lado, terror y oscuridad, con la hambruna o los horribles daños causados por las armas químicas (el gas cloro, fosgeno y mostaza); y por otro, luz (que el titulo hace referencia) con todo lo bueno que hace en esta escuela de perros y las ganas de la gente por sobrevivir y superar tanta desgracia. Una dualidad que el autor utiliza de buena manera.

En general es una novela de fácil lectura, con una temática distinta, aunque tiene un “aire” al título anterior de Alan Hlad que había leído, “El largo camino a casa”. Pero este me gustó más.