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Llegamos al cuarto libro de esta maravillosa serie. El caso a investigar es el asesinato de toda una familia sin ningún testigo de los hechos aparentemente; pero no es así, el asesino deja un cabo suelto que será la clave para resolver este horrible crimen. ¿Qué digo que no haya dicho en las reseñas de los anteriores libros de esta serie? Nada nuevo, sigo opinando que son los libros del género de novela negra nórdica más buenos que he leído en mi vida y os aseguro que han sido muchos. Todo sigue en la misma línea, la resolución del caso a investigar y en paralelo la evolución de cada uno de los personajes principales en cuanto a su vida privada. Y hablando de seguir en su línea, Sebastián Bergman sigue con su misma personalidad (y que no cambie); pero poco a poco se va desmoronando ese muro de mentiras que ha ido construyendo a lo largo de los años como su autodefensa ante los demás y a la vez para proteger a ciertas personas. En este libro he echado de menos la impecable intervención de uno de los personajes que nos ha ido acompañando desde el primer libro, pero ha sido a consecuencia de algo que ocurre en el anterior libro y que, lógicamente, no voy a desvelar. Sí que ha tenido algunas escenas este personaje, aunque han sido más bien escasas. de todas formas sé que en el siguiente libro volverá a darlo todo. Por otro lado, ya se ha dejado ver la oscura personalidad de otro personaje; imaginaba que tarde o temprano iba a suceder, pero no de la forma en la que se ha desarrollado dicho acontecimiento y es lo que me ha dejado con la cabeza a punto de explotar. |
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