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Los secretos y los privilegios de la clase acomodada en una pequeña urbanización, quedan expuestos en esta historia que Toni Hill relata (como siempre) con maestría. Cuando empecé a leer me sorprendió que fuera Teresa Lanza, ya muerta, quién iniciara la novela pero la verdad es que me ha gustado ese elemento sobrenatural porque le da un aire melancólico al relato muy potente. Los vivos por un lado y Teresa y su frío de ultratumba por otro, añorando la vida y el amor perdido. Los privilegios, la inmigración, el suicidio, las falsas apariencias, los secretos. Todo queda expuesto a partir de la muerte de Teresa y es esa muerte, que no sabemos si fue voluntaria o no, lo que me mantuvo en vilo durante toda la lectura. Y también el retrato que hace el autor de los protagonistas, esa forma tan efectiva de dejarnos vislumbrar los secretos más íntimos y en algunas ocasiones sus miserias. Excelente. |
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