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Cristina Higueras vuelve a sorprender con una novela bien planteada y sobre todo bien resuelta que mantiene la intriga desde las primeras páginas. El primer capítulo de apenas dos páginas en la voz de Adrián y sus últimas horas. El resto de capítulos serán para la inspectora Mónica Rojo y su sagaz investigación. Una inspectora joven, que no arrastra (aún) traumas ni situaciones tan sumamente vistas en la novela negra. Mónica Rojo es intuitiva y algo testaruda, sobre todo cuando nota que algo no cuadra. Tiene una relación muy especial con su abuela, con la que vive, y afición por las chuches y el cola cao. Ya veis, nada de whisky ni ansiolíticos. Además arrastra una pequeña tartamudez cuando se pone demasiado nerviosa pero que no la amilana en absoluto. El resto de personajes llegan cargados de vivencias, emociones y sobre todo de una marcada personalidad, algo habitual en los personajes que crea Cristina, a los que dota de todo lo necesario para que transiten por las páginas de la novela con total seguridad. Incluso aquellos que tienen pocas páginas de recorrido son descritos de manera certera y eficaz para que entendamos el contexto y la acción en que se mueven. Asistiremos en primera fila a la investigación de una trama que se cuece despacio a la vez que a la inspectora se le acaba el tiempo para que cierren el caso si no demuestra que hubo algo más que un suicidio, bien ejecutada a pesar de las pocas pistas que la inspectora tiene, y sobre todo en base casi a un empeño personal en descubrir que ocurrió realmente. Conoceremos como fueron las últimas semanas de vida de Adrián, un adolescente aparentemente con éxito y sin grandes problemas ni preocupaciones, y qué pudo llevarlo hasta el fatídico final mientras vemos como de fondo aparecen temas como la doble moral, las apariencias, el miedo a perder el estatus social o el lujo con el que algunos intentan esconder otras carencias. Muy recomendable. Enlace: https://www.sirmactres.com/2.. |
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