que leí. Creí que el libro trataba sobre el difícil paso de la inocencia de la infancia/juventud al mundo de los seres adultos. Los sentimientos y las sensaciones que estos cambios producían en nosotros. Y si ha sido así, no me he sentido identificada con ello. Sí que en los primeros cuatro capítulos he visto ese sufrimiento, esas dudas, ese debate interno que se sufre...pero después, después no ha sido así. Esa etapa es difícil, por todos los cambios que implican, por la ruptura con el mundo que uno conoce, pero creo que la visión del cambio de Emil Sinclair es mucho más oscura de lo que le suele pasar a la mayoría de los adolescentes. Eso sin contar que, en mi opinión, algunos de los personajes con los que trata Sinclair no son reales. Y yo creo que la mayoría de los adolescentes tratan con seres reales, muy reales. Quizá esto haya sido mi gran decepción. Aun así me alegro de haberlo leído. Siempre se aprende algo de un libro.