Me prometiste el cielo pero yo quería volver

El título de este libro, de alguna manera, nos llamaba la atención, pero no podíamos estar más equivocados, ya que resultó ser una gran decepción, y muy a nuestro pesar, se va al rincón de las peores lecturas del año.



La historia comienza con la fatídica tarde en la que Lorena tiene un accidente de coche y entra en coma, una situación irremediable que hace que entre en el limbo y conozca a Marisa, la persona que le encarga que vuelva a la tierra en el cuerpo de otra persona, para convertirse en el ángel de la guarda de alguien. Pero no sabrá de quién hasta que se encuentre con esa persona.

Hasta aquí bien. Pero el libro luego se mete en una especie de relación amorosa. Sí, decimos "especie" porque lo único que hacen los dos protagonistas es encontrarse en cualquier esquina del hotel que regenta Mark, o en la cama, tener relaciones sexuales y ya. Y con eso, señoras y señores, llegamos al enamoramiento, de manera que nos encontramos con un "instalove" que nos saca de quicio y que se convierte más en una novela porno que en una comedia romántica.

Además, ya me explicaréis como alguien que no es famosa, ni conoce a nadie del mundillo de la farándula, es capaz de con un simple e-mail traerse a Alaska y Mario Vaquerizo para echar una mano para remontar un hotel que nadie conoce.

En definitiva, una serie de catastróficas coincidencias que han provocado que no seamos capaces de leer más de la mitad del libro, y eso que es corto.
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