Y el mundo no dejaba de girar

Una historia muy bonita, dura, contada en primera persona por Usune y dónde a modo de diario nos cuenta su último año de instituto, el año en que se puede decir que vivió lo mejor y lo peor, entre recuerdos de su infancia, sus pocos amigos, sus estudios y el primer amor.
Toda una época de descubrimientos, ella es muy hermética, le cuesta mucho abrirse y desahogarse pero lo cuenta todo de esta manera, y está escrito de forma tan sensible y bonita que atrapa enseguida. al principio es más divertido, más juvenil, que es lo que toca, pero es una historia que esconde más de lo que parece, a mi me ha sorprendido mucho y emocionado, sobre todo en la segunda mitad.
Usune es una perfeccionista, una empollona en los estudios, es muy madura, pero se debate constantemente entre los remordimientos y la felicidad por todo lo que esta viviendo. Paul es el chico perfecto, gracioso, guapo, responsable y encantador, no tiene problema en demostrar lo que siente y no se rinde nunca, aunque se lo pone muy dificil en ocasiones.
Hay muchos dialogos frescos y con mucha chispa y conversaciones con notas muy tiernas entre ellos, por momentos te sientes trasportada a esa época de estudiante por la que hemos pasado la mayoría.
Me ha gustado mucho el fuerte vínculo de amistad con Maia y Unai y la familia que se forma entre todos, de pensar que estás sola y con un futuro incierto a formar parte de algo y muy bonito..
Una historia que recomiendo al 100% y que os emocionará y hará pasar unos ratos inolvidables.