Quiero vivir en voz alta

Los hermanos Claramount están en el Centro de Alto Rendimiento desde la adolescencia. Andrés y Arturo juegan profesionalmente al tenis y Aitana es picadista. Rodeados siempre por sus amigos que son más familia que nada viven con sus entrenamientos y locuras.
Pero este septiembre las cosas no van a ser tan fáciles para ellos. El archienemigo y rival de los gemelos entra a vivir tambien en el CAR, Christopher Lacoste tiene lo que denominaríamos “un carácter de mierda”, pero Andrés no se queda atrás. Además, Nicky vuelve a casa, lo que vuelve más inestable a Andrés.
Arturo es un bendito, aunque se guarda muchas cosas y Aitana tiene sus secretos y algo con Patrick, el mejor amigo de Andrés, aunque su amor platónico sea el misterio se Damián, el mejor amigo de Arturo.
Entre estos personajes y todos sus secretos, traumas y pensamientos se irá moviendo la trama, que está llena de problemas, detalles, bromas e infinidad de momentos intensos.
La novela comienza lenta y un poco liosa, tiene unos titulares de periódico que nos van metiendo en situación desde que los padres de la Tripla A y Patrick eran rivales en las pistas de tenis, pero una vez que estas dentro de la historia y ya distingues a cada personaje con sus problemas resulta imposible abandonar la lectura, sobre todo al final, en donde se van desvelando muchos de esos secretos que nos han ocultado durante el resto de la novela y un suceso que casi provoca un infarto, así que necesitas la siguiente parte si quieres volver a respirar con normalidad.