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Con esta novela vuelvo a sentir todo lo bonito a lo que Susanna me tiene acostumbrada. Creo que es el final perfecto para la Saga de Sara Summers. Gracias a Adam, su edad más adulta que en las novelas de Sara, su dramática situación personal y su historia de amor con Ari Cabana por las calles de Edimburgo, me he emocionado, reído e incluso enfadado mucho en algún punto (esa discusión machista del final me ha matado, me han entrado ganas de arrearle un guantazo, pero lo solucionó después). Es una historia más simple pero más redonda a su antecesora. Además, el giro final, y afortunadamente el entrar en razón del protagonista, hacen que esta historia de amor contemporáneo cargada de amigos incondicionales y familia, llegue directa al corazón. Y que decir de la chica, que es divertida, inteligente, valiente, chalada y guapa, lo tiene todo (aunque es cierto que a veces le consiente demasiado a Adam) Lo que no me gustó es la cantidad de canciones que aparecen. Entiendo que cada capítulo lleve el título de una canción porque es una característica importante del prota, porque Adam es música, y es lo que le relaciona con Ari, pero nombrar casi al completo las letras de las canciones como parte del guión de personajes me ha chirriando bastante. Me he saltado esos párrafos al no entender inglés, y aún así no ha quitado valor la historia; por tanto creo que son innecesarias. Y otra cosa más, es que me pareció poco creíble que una chica de veintipico años que nunca le ha gustado ningún tipo de música y la considera ruido, de un día para el otro, gracias a un chico guapo y malote del que se enamora a primera vista, cambia de opinión... Me pareció algo forzado... Por lo demás, todo me ha gustado mucho y tener esa representación Cabana todo el tiempo, ya fuera por Ari, o por los propios Cabana en esa escapada a Calpe, ha sido el soplo de aire fresco y morriña sentimental que necesitaba la saga. Así que sin duda esta lectura es obligatoria para los fans de la autora. |
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