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Qué subidón de libro, qué bien llega y en qué momento tan oportuno para ser leído y disfrutado, sufrido y amado, como lo hacen sus protagonistas. Cuántas palabras perfectas y risas, familia, amigos, y Cabana, muchos Cabana por todas partes. Aquél último verano me ha tenido enganchadita desde las primeras páginas. Una historia que sabe a atardeceres, playa, charlas con tus hermanos, con tu alma gemela, con tus amigos, reconciliaciones, perdón, y mar, a sal y arena de la buena, de la que no se te despega del cuerpo y te deja ese aroma de nostalgia, esperando que los que vengan sean tiempos mejores, si cabe. Alex y Priscila han sido un descubrimiento de amor sincero, del que nace sin darte cuenta y se forja poco a poco y a fuego lento, pero también han sido una lección en la que se aprende a hablar las cosas antes de dejar que el tiempo las engulla porque, os digo algo, ni esos años vuelven ni el tiempo lo cura todo... Quizá lo adormezca, pero lo que está ahí, seguirá ahí cuando te despiertes. ¡Y de qué manera! Estoy deseando seguir conociendo a Hugo, River, Marcos y Adrián. ¡Y, por supuesto, a Ariadna y Adam! Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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