Aquel último verano

¿Sabéis la sensación de ser parte de una familia y vivir de primera mano lo que sucede en una novela?
Pues esto es lo que sucede con ella, con Susanna.
He sido Pris viviendo los veranos de colores.
He sido Alex con su dolor.
He sido la sexta hermana, la que ha vivido en silencio observando lo que sus hermanos hacían y cómo se comportaban.
He amado con todas mis fuerzas.
He sentido el dolor en cada por de mi piel.
Me han picado las medusas, he estado debajo del agua aguantando la respiración, casi ahogándome, he sentido los besos, las traiciones y alguna decepción.
He sentido.
Y para mí lo más importante de una novela no es que tenga una ambientación perfecta –que Susanna lo ha conseguido al 1000%–, que tenga una banda sonora que me envuelva –otro punto positivo para Susanna– o que tenga personajes tanto principales como secundarios perfectos –triple para Susanna–; para mí una novela me tiene que hacer sentir, vivir y ver cada escena delante de mí como si de una película se tratase. Y jo*** si Susanna lo ha conseguido. Con creces y superando todas las expectativas.
Cabezazos me he dado por no meterle mano a sus chicos antes (en más de un sentido).
Ha sido la primera novela del #Clubdelecturasbonitas y vamos a por la segunda: «El chico de la última fila».