Aquel último verano

Esta es una novela muy veraniega, una historia que evoluciona lento en cada verano hasta reafirmarse y que se ve truncada llegado el momento, haciendo que la felicidad de ambos protagonistas se destruya casi para siempre.
Priscila vuelve a casa después de cuatro años viviendo en Boston. Regresa con su mejor amigo Jaime con quien comparte piso. Priscila se fue de su pueblo y de España corriendo y sin mirar atrás, sin importarle demasiado lo que abandonaba.
Ahora vuelve al pueblo en donde dejó a Alex, su marido, del que no sabe nada desde hace cuatro años pero que sigue tan guapo o incluso más que antes.
Su historia no ha terminado, solo se ha interrumpido, pero se han hecho mucho daño, aun así, sus cuerpos se desean de tal forma que no pueden estar separados por mucho tiempo. Sus cuerpos deciden una cosa, sus corazones otra y su mente otra completamente distinta. Hasta que no se descubra que pasó realmente en el pasado no podrán solucionar su presente.
La historia es divertida y sorprendente, en todos los capítulos hay momentos increíbles y memorables. Además, tenemos por medio a los cuatro hermanos mayores de Priscila, que están todo el tiempo interfiriendo en su vida, por no decir los propios líos que tiene cada uno.
Se lee muy bien y muy rápido, es toda una ventura un poco predecible en algunos momentos pero sorprendente en otros muchos, que deja muy buen sabor de boca y te dejan con ganas de seguir con el siguiente libro.