Sobrecogedor. Desde el minuto uno. Y si digo sobrecogedor me refiero a que desde el primer momento sientes ese peso de los protagonistas (y de los no tan protagonistas). Puedes sentir el dolor, la anticipación, la ansiedad. Me enamoré totalmente de Alex y Priscila... Y, cómo no, de los hermanos Cabana. Es una historia sin final. No quieres que acabe nunca pero deseas saber el final. ¡Qué ganas tengo de conocer más al resto de los Cabana! |