Los maestros son peligrosos porque enseñan a pensar, y el que piensa no obedece. Seguramente por eso, por pura supervivencia, cada vez hay menos maestros y más profesores. |
Los maestros son peligrosos porque enseñan a pensar, y el que piensa no obedece. Seguramente por eso, por pura supervivencia, cada vez hay menos maestros y más profesores. |
La radio era la onza de chocolate del áspero bocadillo de los pobres.
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La guerra es terrible, pero no consigue nunca parar la vida. La vida puede más que la guerra. La vida puede con todo.
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"Las guerras no necesitan razones, les basta con los pretextos, y casi todos son válidos"
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La infancia es un extraño país en el que a todo el mundo le suceden cosas inexplicables.
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Una guerra civil no acaba hasta que se mueren los muertos de la memoria
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En la guerra, los niños o lo pasan muy mal o lo pasan muy bien, no tienen término medio. Cuando no los matan ni los bombardean ni les dejan huérfanos, lo pasan bien. En las guerras no hay clases y los mayores les dejan en paz porque están demasiado ocupados pasando miedo.
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Porque nadie podrá negar que las guerras, además de una vergüenza, son un gran espectáculo. Las guerras tienen prestigio, y cuando más sangrientas y crueles, más prestigio. A pesar de su coste disparatado y del derroche de dolor y de odio que provocan durante generaciones, las guerras siempre han sido las madrastras del progreso.
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Las moscas y los hijos de puta disfrutan en la guerra porque hay basura en abundancia y porque ambos son inmunes a la mala conciencia
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El retrato de Dorian Gray