A una Sonrisa de tu Sueño

A la alegría de reencontrarme con Las guardianas que tantos buenos ratos me hicieron pasar en Lágrimas de pan, se ha visto nublado por la forma de tratar una enfermedad, en apariencia real, de una de las protagonistas. No es cierto que solamente con querer se sana. No es cierto que con solamente la fe, se sana. Entiendo que son creencias de la autora pero no me he encontrado en ellas y en cierto modo, me han hecho, por un período de tiempo, no disfrutar de lo que leía. Por otro lado, el amor que se respira en al aire, continuamente es lo que me ha hecho terminar esta historia y saber que voy a echar de menos a estas maravillosas mujeres que tanto tienen que aportar al mundo. Ojalá existieran personas así repartidas estratégicamente por el mundo y que todos pudiéramos disfrutar de su compañía. Cierto es, que disfruté más de Lágrimas de pan que de este libro, que es su continuación pero en ambos, he sabido ver la belleza del amor. No solamente del amor romántico, si no del amor en toda su extensión. Amor de madre, de tía, de hermanos, de sobrina... Eso sí, un emotivo y perfecto final para esta historia.