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Es un gran libro de ciencia ficción que me ha encantado, incluso diría que me ha gustado mucho más que el primer libro de la saga. En este volumen Paul es mucho más reflexivo y a lo largo de toda la historia se hace incontables preguntas: ¿a dónde conduce todo?, ¿ha valido la pena ser el emperador a pesar de la cantidad de muertes que ha traído consigo la yihad Fremen? ¿se podría haber evitado?... Me ha parecido como si Frank Herbert se hiciera varias preguntas sobre los diferentes mesías que han habido en nuestra historia. Me ha hecho plantearme que posiblemente si dichos mesías fueran conscientes de que sus fanáticos religiosos transgiversaron sus palabras y acabaron por llevarlos a numerosas guerras santas para acabar con los infieles, al igual que pasa con la religión Fremen, tal vez se llevarían las manos a la cabeza y se harían las mismas preguntas que Paul, ¿cómo han podido malinterpretar tanto sus palabras? Si lo hubieran sabido con anterioridad, ¿habrían continuado con sus enseñanzas? ¿o habrían evitado convertirse en sus mesías? En la novela, nos muestra a un mesías vivo, Paul Atreides que está siendo testigo de las horribles consecuencias de la yihad. Sin embargo, él es conocedor de que los miembros de la yihad no son los principales responsables de sus actos, sino aquellos que controlan a la yihad y que son conscientes de que sus actos no son por sus creencias religiosas sino para conseguir poder, mantenerlo o incluso aumentarlo: «No están locos, sino entrenados para creer en lugar de para saber. Las creencias se pueden manipular. Tan solo el conocimiento es peligroso.» El mesías de Dune, Frank Herbert (pág. 44) Todas estas muertes afectan a Paul en gran medida. Él luchará por evitar que hayan más muertes y que la humanidad no se autodestruya, y al mismo tiempo intentará que sus hijos hereden el imperio. Sin embargo, gracias a las visiones del futuro que tiene a través de la presciencia sólo ve una única salida, el resto de posibles alternativas son un caos. Esa salida le llevará a hacer sacrificios que le producirán mucho dolor. Esto le hará sentirse culpable por la elección tomada, y a desear no tener el poder para así verse libre de tener que tomar terribles elecciones: «La gente piensa que es un poder, un don. ¡Es una enfermedad! ¡No me permite dejar mi vida allá donde la encontré!» El mesías de Dune, Frank Herbert (pág. 284) Y al mismo tiempo, le hará dudar de que su elección sea la más acertada y que con ella conseguirá evitar que la humanidad llegue a un camino de autodestrucción: «Pero tengo las manos manchadas del color azul de la tristeza del tiempo. Creo... Creo que he intentado inventar la vida sin darme cuenta de que ya la habían inventado.» El mesías de Dune, Frank Herbert (pág. 274) Me gustaría recalcar que en el libro no hay mucha acción; si esperas batallas con naves espaciales o combates terrestres, en esta novela no las vas a encontrar. Es un libro filosófico con innumerables reflexiones internas, en el que el suspense se mantiene por los complots políticos y en saber si Paul conseguirá mantener el imperio en manos de los Atreides sin grandes momentos épicos. Como conclusión, es un libro que lo he disfrutado muchísimo, y que al mismo tiempo me ha dado mucho en qué pensar. Un libro mucho más maduro que su antecesor, y que me ha gustado mucho más. Una novela que disfrutarás si te gustó el primer volumen de Dune y quieres continuar con la saga. Enlace: https://apuntes-lectura.blog.. |
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