Aviso de muerte

Hace un par de semanas reseñaba en el blog La brigada de Anne Capestan, la primera entrega de una saga protagonizada por esta joven comisaria y su brigada integrada por los "elementos indeseables" del cuerpo de policía parisino. Hoy os traigo mis impresiones sobre Aviso de muerte, una comedia policial no exenta de grandes dosis de intriga, inteligentemente dosificada por su autora. y cuya lectura me ha arrancado alguna que otra sonrisa causadas por ciertas escenas surrealistas que se tiene lugar a lo largo de su trama.
En Aviso de muerte nos encontramos ante la nueva aventura de nos sitúa tan solo un mes después de que Anne Capestan, la comandante que logró librarse del despido a cambio de ponerse al frente de una colorista unidad que reúne, entre sus filas, a los elementos desterrados del cuerpo policial, resolviera con éxito su primer caso. ¿Ha recibido su equipo un merecido reconocimiento por parte de sus superiores? Muy al contrario, serán tratados como parias, sepultados bajo una capa de desdén. Por eso nuestra protagonista se queda totalmente desconcertada cuando su jefe la reclama para que acuda a la escena de un crimen que acaba de tener lugar y que detenta una sorprendente puesta en escena: el cadáver ha aparecido en una calle cuya placa fue cambiada por otra donde aparecía el nombre de la víctima, el año de nacimiento y el del fallecimiento y una frase calificándolo como "Comisario de capullos" . Su extrañeza ante semejante honor se esfuma cuando conoce la identidad de la víctima: Serge Rufus, uno de los principales comisarios de la Brigada contra el Crimen Organizado y el padre de su exmarido Paul. El equipo de Anne no va a trabajar "para" la Brigada Criminal, sino que lo hará en "colaboración" con ella. A pesar de estar obligados a cooperar entre si, la brigada de Anne va a recibir la información sesgada y por eso se centrarán en seguir posibles pistas que los elementos oficiales pudieran haber pasado por alto. Todo se complica cuando Jacques Maire, un septuagenario fabricante de muebles, aparece asesinado en circunstancias similares a la muerte de la víctima que investigan. En esta nueva misión nos enfrentamos a un asesino sádico que prepara sus crímenes con antelación y minuciosidad.
La novela se estructura en un total de 40 capítulos de corta extensión más un epílogo, lo cual le confiere frescura y dinamismo a su lectura. A lo largo de estos capítulos y gracias a una linealidad cronológica que viene y va en el tiempo su autora irá entremezclando la investigación del caso con el pasado de su protagonista principal, trasladando al lector hasta 1992, la época en que Anne, con diecinueve años recién cumplidos era la más joven y destacable de su promoción en la academia de policía y estaba bajo el mando de Rufus, su instructor. Poco a poco seremos testigos de su enamoramiento por un humorista vacilón con cara de ángel, leal y simpático, un farolero límpido y sin sombra, el joven que conquistó su corazón y que cuando más lo necesitaba se largó huyendo de la adversidad. Por medio de un narrador omnisciente tendremos con acceso a los diferentes escenarios y a los diversos puntos de vista de todos sus personajes e iremos desentrañando la conexión que hay entre ambos casos y los motivos que impulsan a su asesino a cometer dichos crímenes.
Sophie Hénaff utiliza una prosa sencilla y clara en la que hay lugar para cierta jerga policial, con abundancia de diálogos y predominio de un ritmo ágil, lo que posibilita que la lectura fluya sola. Su compleja trama, con ciertas pinceladas de humor irónico y cínico, está correctamente planteada y desarrollada, logrando mantener la intriga en torno a lo que está sucediendo hasta los últimos capítulos, cuando conseguimos encajar todas las piezas de un complicado puzle de forma coherente y sin fisuras. Aunque este libro forme parte de una serie, el caso que se investiga es autoconclusivo y se puede leer independientemente de la anterior entrega, pero yo no recomiendo hacerlo así porque, además de que contiene una serie de spoilers, os vais a perder cosas tan interesantes como la relación entre sus personajes y qué es lo que los hace ser tan excepcionales e inolvidables a pesar de ser unos apestados en el cuerpo policial.
Otro de los puntos fuertes de esta novela son sus personajes, pues todos van a brillar con luz propia. La autora consigue dar voz a cada uno de ellos, tanto los principales como los secundarios, con perfiles perfectamente identificables y creíbles, humanizados y que te incitan a reír con sus ingeniosidades. En esta nueva entrega se incide más en la vida personal de su protagonista principal, descubriendo paulatinamente el pasado de una mujer fuerte y muy sentimental. Además el equipo se incrementa con la llegada de dos nuevas incorporaciones: el recién salido del psiquiátrico Henri Saint-Lô, más conocido como D'Artagnan y Ratafia, una rata que está siendo entrenada por otro componente del equipo. Estamos ante un equipo heterogéneo que se complementa a nivel laboral y personal, donde cada miembro lidia con sus propios problemas, con sus cualidades y defectos, pero cuando se juntan el espíritu de compañerismo se potencia y los resultados de su trabajo serán innegables, superando con creces al resto del cuerpo policial.
En resumen, Aviso de muerte es una comedia policial, no exenta de grandes dosis de intriga, de fácil lectura, que me ha mantenido pegada a sus páginas desde el mismo prólogo, con unos personajes excéntricos y peculiares, rallando lo absurdo, imposibles de olvidar. Una novela que contiene una trama original y fresca, muy bien planteada y desarrollada, con una serie de situaciones surrealistas que rebajan el dramatismo y los giros argumentales necesarios para que la intriga y la atención del lector no decaiga en ningún momento. Un libro que recomiendo a todos los amantes del thriller con toques de comicidad.

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