Bajo Una Estrella Cruel. Una Vida En Praga. 1941-1968

¿Por qué iba a querer alguien hablar conmigo, poniendo en peligro su trabajo, o la seguridad de su familia, o tal vez su libertad? Es natural que la gente piense antes en aquellos de quienes es responsable.

Es necesario vivir en un sistema social con cuyos principios fundamentales uno esté de acuerdo, bajo un gobierno en el que se pueda confiar. No se puede construir una vida privada feliz en una sociedad corrupta, del mismo modo que no se puede construir una casa sobre el fango, hay que poner antes los cimientos.

Se desarrolló un esnobismo de nuevo rico entre aquellos que más partido sacaban a sus orígenes obreros y a sus principios proletarios, y que gobernaban en nombre de los trabajadores y los granjeros.

A menudo he pensado que mucha gente se acercó al comunismo no por rechazo al sistema político existente, sino por pura desesperación, al ver la naturaleza humana mostrar su peor cara tras la guerra

Y así se acabó aquella terrible y larga guerra que se niega a ser olvidada. La vida proseguía. Seguía a pesar de los vivos y los muertos, porque era una guerra a la cual nadie había sobrevivido del todo.

Requería tomar una decisión clara; habíamos perdido la costumbre de pensar con claridad y casi habíamos olvidado cómo tomar decisiones.

Llevo el pasado dentro de mí plegado como un acordeón, como uno de esos libros de postales, pequeños y elegantes, que la gente trae como recuerdo de ciudades extranjeras.