Charlie y la fábrica de chocolate

Charlie vive con sus padres y sus longevos abuelos en una destartalada casa pasando frío y alimentándose a base de sopa de col. Así que cuando Mr. Wonka, el excéntrico dueño de la mayor fábrica de chocolate del mundo, anuncia la inclusión de cinco exclusivos Tickets Dorados entre sus chocolatinas, con el increíble premio de poder visitarla, lo que menos puede soñar es que la suerte le sonría y aparezca uno en la única que come al año, con motivo de su cumpleaños.

Ha sido una auténtica delicia leer por fin está historia de la que tan fan soy debido a la adaptación cinematográfica que en su día llevo a cabo Tim Burton. Y más gratificante si cabe haberlo conseguido en su idioma original, gracias al impulso de @pilar... , que en uno de sus últimos vídeos en YouTube da consejos y anima a leer en inglés.

Es una lectura infantil, y con ese contexto hay que adentrarse en el relato y en la narrativa. Me pasó a principios de año lo mismo con Pinocho, ha sido una lectura que he disfrutado a más no poder y que no puedo dejar de recomendar a niños y adultos.

Como toda historia infantil que se precie, no falta mensaje moralizante, que igual con los ojos de un adulto puede resultar algo burdo y simplista, pero que creo que puede resultar muy positivo en el aprendizaje de los más pequeños. Todos conoceréis esta historia, y cómo en la misma se penaliza la glotonería, la avaricia, la holgazanería y se censura el acceso de los niños a la violencia. Por su parte, la bondad y la humildad reciben su justo premio.

Además hace un claro alegato en favor de la lectura, en un intento de promoverla por encima de otras formas de entretenimiento como la televisión. Y de esto hace sesenta años. Por eso es una obra que perdura y que sigue maravillando hoy en día, su mensaje sigue igual de vigente.