Una sencilla historia llena de verdad. La historia de Addie, una viuda que decide un buen día empezar a compartir las noches con su vecino Louis, también viudo desde hace un tiempo. Breve, concisa, agridulce y con diálogos a veces lacónicos, con capítulos muy breves, que narran lo esencial, que van a lo esencial: sanar la propia historia, reconciliarse con el pasado, gozar del presente aun en la vejez. O precisamente en esa vejez en la que ya no hay mucho futuro por vivir, en la que las convenciones sociales importan bastante poco. Contada con sencillez y mucha humanidad, con sentido del humor, con ternura y esperanza. Quizá le falta ahondar un poco más en los temas de fondo: soledad, conflictos familiares, vejez, afectos... Pero sin duda nos deja un regusto muy agradable, en ocasiones conmovedor. Recomendable. |