Aunque no me convenció la forma de escribir del autor la idea en sí es buena. Nos acerca a la forma que tienen nuestros mayores de enfrentar la soledad en el lecho de muerte (que curiosamente también coincide con el del autor). Quizá nos quiere trasmitir un mensaje. Que hay que exprimir esta vida al máximo y que nunca es tarde para cumplir nuestras pasiones y anhelos. Para amar y ser amado
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