La mansión Starling

Creo que lo mejor de leer La Mansión Starling ha sido la atmósfera que lograr recrear Alix E. Harrow dentro de sus muros: paredes que susurran, puertas que se cierran solas, sótanos ocultos, niebla espesa… Parece inspirada en los cuentos góticos más clásicos, aunque sin llegar a recrearse en el terror o en el suspense. A pesar de que “la casa encantada” con conciencia y vida propia es un recurso bastante repetido en los libros de fantasía de este tipo, si está bien ensamblada y dotada de la magia suficiente, es un elemento que siempre funciona bajo mi punto de vista.

La trama no se centra únicamente en La Mansión. También hay maldiciones, bestias, y sueños enigmáticos. La autora consigue un buen equilibro entre los elementos sobrenaturales y las tramas secundarias donde se profundiza en el resto de personajes: un solitario y sospechoso heredero del que nadie se fía y una joven valiente qué está dispuesta a desenterrar cualquier secreto del pueblo donde vive con su hermano pequeño. Aunque ella me ha resultado a veces un poco impertinente, debo reconocer que sus esfuerzos por buscar un hogar propio y encontrar el amor que cree merece me ha conmovido.

Os confesaré que antes de la mitad del libro ya creí haber resuelto el conflicto de la historia. Sin embargo, conforme iba avanzando mis teorías se desmoronaban una tras otra mientras se erigía un desenlace que para nada se parecía al mío. Ha sido una grata sorpresa. Eso sí… me habría gustado que los últimos capítulos hubieran tenido algo más de acción y de fuerza, y no tanta explicación.

En general ha sido una lectura muy entretenida y más que satisfactoria (y con unas ilustraciones interiores preciosas). Me ha venido genial para estos días en los que me he podido concentrar muy poco en la lectura. Tengo claro que en cuanto pueda me gustaría volver a leer algo más de esta autora.

Y vosotros… ¿Os atrevéis a entrar en La Mansión Starling?