La lista de los nombres olvidados

Siempre se sabe cómo es una persona por sus ojos.

Cuando me di cuenta de que mis seres queridos no volverían más, me puse a pensar en la tragedia no solo de su muerte, sino también en la pérdida de su legado, porque, cuando se llevan a una familia entera y todos fallecen, ¿quién contará su historia?

Es increíble la rapidez con la que el cariño y el orgullo se pueden transformar en algo sórdido e inexorable.

Me encuentro en una fase de negación, que es lo que suelo hacer cuando las cosas van mal: simplemente hundo la cabeza en la arena y espero a que pase la tormenta. A veces sale bien, aunque casi siempre lo único que consigo es llenarme los ojos de arena.

Hay secretos que, si los revelas, destruyen una vida, pero sé que, cuando mi memoria muera, morirán también los seres queridos que he conservado en mi corazón todos estos años.

Mientras haya estrellas en el cielo, te querré.

Algunos recuerdos no se podían borrar, ni siquiera cuando uno se ha pasado toda la vida fingiendo que no están allí.

Necesito ver a alguien que me quiera, aunque sea un amor imperfecto.

Puede que me hunda o que salga a flote, pero, como mínimo, querría hacerlo por mí misma.

Si no los dejas entrar, si no los amas de verdad, no te pueden hacer daño cuando se marchan.