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mposible resumir. Me rindo. Me entrego. Tengo tres páginas de notas a mano, más de 53 en el Ipad y ...cientas mentales. A ver: Vamos a Rusia (fíjese usted que de actualidad nos ponemos), y nuestro viaje se inicia con el desmantelamiento de la antigua URSS y la Guerra de Chechenia y llega hasta la actualidad (o casi, ahora hay otro desmantelamiento y otra guerra, aunque estas son demasiado recientes). Todo gira sobre lo que ocurrió una noche de 1995 en un granero en la barranca, un asentamiento checheno donde vive Nura, y no, evidentemente, no voy a contar qué es lo que ocurrió. De allí, en un salto como solo se puede pegar a través de la literatura, nos vamos a Berlín en el año 2016, cuando El General (militar condecorado ruso) ve una fotografía de la Gata (una actriz que no tiene nada que ver con Chechenia) y se pone en contacto con La Corneja (periodista que quiere escribir un libro sobre El General) para que localice a La Gata y grabe un vídeo. Si, si, parece fácil. Pues no lo es. Nino H. (no voy a volverlo a teclear) juega mucho con nosotros, con los tiempos, con las ambigüedades, con la historia y con la Historia, con los recuerdos, con el dolor y con la ambición y nos lleva (poquito a poco) adonde ella quería llegar. A fuerza de sinceridad, debo decir que el camino que seguimos en la lectura no está señalizado. Vamos caminando (y sabemos que vamos bien) sin conocer exactamente a qué lugar nos dirigimos (incluso casi sin recordar dónde iniciamos el viaje) mientras conocemos personajes aislados y, aparentemente, sin conexión, hasta que llegamos a la "señal" (o el indicativo, o el cartel, o el nombre del cruce, llámese "X") y es entonces, y solo entonces cuando entendemos por qué nos hemos puesto en ese camino A partir de ese momento ya no podemos dejarlo. La telaraña nos atrapa y entramos de lleno en una historia de las que no acaban cuando cierras el libro porque se queda dentro de ti por mucho mucho tiempo. Y más ahora, que en cualquier medio de información nos recuerdan a los rusos, a los chechenos y a su ... madre. Termino con dos frases, dos, de las muchísimas que me han llamado la atención: 1. A veces, la luz no es más que un disfraz de la oscuridad. (…)entonces, la oscuridad quizá no fuera más que un disfraz de la luz. 2. El Homo sovieticus fue reemplazado por el Homo oligarchus. Si lo que se pretende es pasar un buen rato, no lo recomiendo. Si lo que se pretende es echarse unas buenas risas, tampoco. Si lo que se pretende es "entender" qué y por qué pasan determinadas cosas en determinados lugares, entonces si. Si lo que se pretende es leer una auténtica obra de arte de la literatura contemporánea, entonces si |
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