Es una novela de ese tipo tan especial que te congracia con la literatura. Nos cuenta por un lado lo que es la emigración y como se vive con añoranza la lejanía de su tierra. Para hacer más llevadera la ausencia de lo que ha sido su tierra, su literatura, la protagonista entabla una relación cargada de cariño a los libros con un librero londinense y los empleados de la tienda, que le suministran esos títulos que no puede encontrar en Nueva York. Una maravilla de libro en el que la correspondencia se torna cada vez más personal y cargada de sentimiento y significado con el trasfondo de la postguerra. |