Helene hanff estaría muy orgullosa de que haya comprado este libro de 2ª mano, a un precio tan “razonable” y en una edición preciosa. Con estas palabras le pongo fin a una lectura de la que no sé qué opinar. Me sale decir que este libro te hace querer ir a la librería de la que tanto se habla, que te hace admirar a una mujer que quiere vivir de lo suyo pero nadie se lo “compra”, que es culta aunque no pudo estudiar, que le gustaba escribir con lápiz en los libros y era generosa como pocos. Tampoco puedo olvidarme de Frank Doel, su “paciencia” y su dedicación en su trabajo. Me hace pensar que este contiene cartas escritas por buenas personas que se quisieron a la distancia, porque no les hizo falta verse las cara para hacerse buenxs amigxs. Se me hace raro pensar que es un hecho real, que son cartas reales. Y a la vez es muy bonito. ¡Les invito a leerlo! |