Victoria

De nuevo me encuentro con Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura 1920, considerado uno de los escritores más importantes del siglo xx. Una lectura que se ha enriquecido al compartirla con @llegir

Empecé descubriendo al autor leyendo su obra cumbre “Hambre”, un libro que recomiendo encarecidamente.

El protagonista de Victoria, como el de Hambre, basan su vida en la escritura mientras aplacan el sufrimiento de su espíritu a través de las letras. En su narrativa encontramos un tema común: la mujer, como un personaje etéreo y virtuoso.

Victoria, aparentemente, es una historia simple, básica, de amor romántico.  Contiene todos los ingredientes, diferencia de clases, moralidad de la época, causalidades que no son tales, descripciones bucólicas, desencuentros y mucho mundo interior. Con un lenguaje poético y lírico, paseamos por una Noruega de finales del siglo XIX, enfrentándonos a un mundo de introspección. Hamsun lo vuelve a conseguir, convertir en diamante, una burda piedra. Sin darte cuenta, sus letras han entrado en ti y una trama que, aparentemente no parece captarte, lo hace.

Aunque no será uno de mis libros favoritos, sus personajes tienen fuerza, la forma del autor de introducirse en la mente de los protagonistas, las historias escondidas tras ellos le dan los cimientos a la historia y de lo que realmente quiere contarnos el autor. El tormento de la inseguridad que habita en una persona enamorada.

 Me ocurrió con Hambre, un libro autobiográfica que tiene rasgos en común con victoria. 

Una historia que va transitando las diferentes etapas del amor, de encuentros y desencuentros. 

Una historia contada desde el interior, marcando sentimientos de desesperación y euforia al mismo tiempo, personajes que transitan por sus vidas como si de un laberinto se tratara, nunca encuentran la salida. La soledad impera en sus actos.  ¿Podríamos decir que es una novela de duelo? ¿De desesperanza? ¿Con algún rayo de luz? Podemos. 

Para mi gusto se precipita un final previsible y cerrado de forma precipitada. 

No obstante, me están gustando los autores Noruegos que he leído últimamente, reflejan sin lugar a dudas esa soledad vinculada a la naturaleza que parece envolver el ambiente en el que se desarrollan sus historias.

Es una maravilla encontrar lecturas diferentes, distintas, afianzadas por una pluma reconocida lejos de lo comercial, lecturas que consiguen hacernos salir de nuestra zona de confort y en las que la savia de nuevas letras nos enriquece sin dudarlo.




De nuevo me encuentro con Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura 1920, considerado uno de los escritores más importantes del siglo xx. Una lectura que se ha enriquecido al compartirla con @llegir

Empecé descubriendo al autor leyendo su obra cumbre “Hambre”, un libro que recomiendo encarecidamente.

El protagonista de Victoria, como el de Hambre, basan su vida en la escritura mientras aplacan el sufrimiento de su espíritu a través de las letras. En su narrativa encontramos un tema común: la mujer, como un personaje etéreo y virtuoso.

Victoria, aparentemente, es una historia simple, básica, de amor romántico.  Contiene todos los ingredientes, diferencia de clases, moralidad de la época, causalidades que no son tales, descripciones bucólicas, desencuentros y mucho mundo interior. Con un lenguaje poético y lírico, paseamos por una Noruega de finales del siglo XIX, enfrentándonos a un mundo de introspección. Hamsun lo vuelve a conseguir, convertir en diamante, una burda piedra. Sin darte cuenta, sus letras han entrado en ti y una trama que, aparentemente no parece captarte, lo hace.

Aunque no será uno de mis libros favoritos, sus personajes tienen fuerza, la forma del autor de introducirse en la mente de los protagonistas, las historias escondidas tras ellos le dan los cimientos a la historia y de lo que realmente quiere contarnos el autor. El tormento de la inseguridad que habita en una persona enamorada.

 Me ocurrió con Hambre, un libro autobiográfica que tiene rasgos en común con victoria. 

Una historia que va transitando las diferentes etapas del amor, de encuentros y desencuentros. 

Una historia contada desde el interior, marcando sentimientos de desesperación y euforia al mismo tiempo, personajes que transitan por sus vidas como si de un laberinto se tratara, nunca encuentran la salida. La soledad impera en sus actos.  ¿Podríamos decir que es una novela de duelo? ¿De desesperanza? ¿Con algún rayo de luz? Podemos. 

Para mi gusto se precipita un final previsible y cerrado de forma precipitada. 

No obstante, me están gustando los autores Noruegos que he leído últimamente, reflejan sin lugar a dudas esa soledad vinculada a la naturaleza que parece envolver el ambiente en el que se desarrollan sus historias.

Es una maravilla encontrar lecturas diferentes, distintas, afianzadas por una pluma reconocida lejos de lo comercial, lecturas que consiguen hacernos salir de nuestra zona de confort y en las que la savia de nuevas letras nos enriquece sin dudarlo.




De nuevo me encuentro con Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura 1920, considerado uno de los escritores más importantes del siglo xx. Una lectura que se ha enriquecido al compartirla con @llegir

Empecé descubriendo al autor leyendo su obra cumbre “Hambre”, un libro que recomiendo encarecidamente.

El protagonista de Victoria, como el de Hambre, basan su vida en la escritura mientras aplacan el sufrimiento de su espíritu a través de las letras. En su narrativa encontramos un tema común: la mujer, como un personaje etéreo y virtuoso.

Victoria, aparentemente, es una historia simple, básica, de amor romántico.  Contiene todos los ingredientes, diferencia de clases, moralidad de la época, causalidades que no son tales, descripciones bucólicas, desencuentros y mucho mundo interior. Con un lenguaje poético y lírico, paseamos por una Noruega de finales del siglo XIX, enfrentándonos a un mundo de introspección. Hamsun lo vuelve a conseguir, convertir en diamante, una burda piedra. Sin darte cuenta, sus letras han entrado en ti y una trama que, aparentemente no parece captarte, lo hace.

Aunque no será uno de mis libros favoritos, sus personajes tienen fuerza, la forma del autor de introducirse en la mente de los protagonistas, las historias escondidas tras ellos le dan los cimientos a la historia y de lo que realmente quiere contarnos el autor. El tormento de la inseguridad que habita en una persona enamorada.

 Me ocurrió con Hambre, un libro autobiográfica que tiene rasgos en común con victoria. 

Una historia que va transitando las diferentes etapas del amor, de encuentros y desencuentros. 

Una historia contada desde el interior, marcando sentimientos de desesperación y euforia al mismo tiempo, personajes que transitan por sus vidas como si de un laberinto se tratara, nunca encuentran la salida. La soledad impera en sus actos.  ¿Podríamos decir que es una novela de duelo? ¿De desesperanza? ¿Con algún rayo de luz? Podemos. 

Para mi gusto se precipita un final previsible y cerrado de forma precipitada. 

No obstante, me están gustando los autores Noruegos que he leído últimamente, reflejan sin lugar a dudas esa soledad vinculada a la naturaleza que parece envolver el ambiente en el que se desarrollan sus historias.

Es una maravilla encontrar lecturas diferentes, distintas, afianzadas por una pluma reconocida lejos de lo comercial, lecturas que consiguen hacernos salir de nuestra zona de confort y en las que la savia de nuevas letras nos enriquece sin dudarlo.