—Por Dios, entonces ya sabía que me había metido en problemas. Tenía que huir para salvar la vida, me desangraba en vuestra cancha, y yo solo podía pensar en besarte, y al diablo si nos capturaban.
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—Por Dios, entonces ya sabía que me había metido en problemas. Tenía que huir para salvar la vida, me desangraba en vuestra cancha, y yo solo podía pensar en besarte, y al diablo si nos capturaban.
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—¿Hay algún motivo por el que tengas que volver herida cada vez que te dejo sola cinco segundos? ¿O es que…? —Hablaba demasiado alto y le tapé la boca con la mano para hacerlo callar. —No seas tan creído —le susurré—. También me hieren cuando estás presente. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?