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Luc es un desastre. Más bien, su vida es un desastre. O, dicho de otra manera, su padre, antigua estrella del rock, ha hecho de la vida de Luc un desastre. Porque, donde otra persona cualquiera puede salir de fiesta y tropezarse con una alcantarilla a lo máximo a lo que llegará es encontrar moretones y una terrible resaca al día siguiente, Luc puede aparecer en un periódico amarillista donde dirán que ha estado en una fiesta de drogas y desenfreno. O vivir con el miedo de que, cualquier posible e hipotética pareja sentimental, vaya a vender sus secretos a la prensa. O aferrarse muy fuertemente a su trabajo en la organización que salva a los escarabajos peloteros, abreviada como CACCA porque es el único lugar que le ha aceptado como empleado. Y poco le queda para seguir permaneciendo ahí porque los donantes ya han empezado a huir después del último cotilleo lleno de mentiras en los periódicos. Y Luc necesita a un novio. de manera urgente y ansiosa porque ese trabajo es de lo poco que le queda que le mantiene ciertamente estable. También su madre, otra antigua cantante. Y sus amigos, siempre dispuestos a sacarle de un nuevo drama. Y, después de hablarlo, también Oliver. El abogado formal y profesional que también necesita a un novio falso para reflejarse en su vida. Pero porque ambos están hechos un absoluto desastre interior: con sentimientos y dramas pasados, con heridas que les hacen temer a las relaciones reales y algunas pequeñas minas que desembocan en una relación llena de momentos de ternura y una realidad que se cuela en su falsedad inventada. Como he visto mencionado en otra reseña, es maravilloso ver los detalles de una relación sana en una relación que, irónicamente, es falsa. Los dos protagonistas son dos petardos adorables que se hacen de querer a rabiar, porque están rotísimos y a ratos no se entienden, pero a otros ratos encajan de una manera tan perfecta que hasta la falsedad de su relación les parece absurda a ellos mismos. Mensajes subidos de tono, la búsqueda de restaurantes para cenar juntos, conversaciones que acaban en risas o en conocerse un poquito más, un poquito cada vez. Y este libro es eso. Solo eso. Ellos dos siendo dos idiotas redomados, con personajes secundarios dando más tensión o más calma, creando risas o ternura en el lector y, siempre, dejando el corazón muy calentito. |
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