InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
16 November 2019
A estas alturas, mi historia con esta trilogía es larga. Ya no recuerdo si fue antes el huevo o la gallina pero el caso es que o bien conocí Amor y Virtud en el canal de la propia Rolly Haacht o bien conocí el canal de la autora buscando su nombre al ver la portada del libro en alguna parte. Es irrelevante el orden porque hay veces que con sólo escuchar a un autor, sabes de sobra que quieres leer lo que tenga que decir. Y eso me pasó a mí. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y la trilogía al completo ha sufrido un proceso de transformación increíble, de forma que la autora puede sentirse muy orgullosa de lo que ha conseguido con sus personajes tras dos ediciones autopublicadas y, la que nos ocupa ahora mismo, una publicación definitiva editorial con el diseño de Ariadna Guillem (Miss Arilicious en Twitter) en la portada.
Desde el primer momento, he ido avisada acerca de que no se trata de una novela de estructura típica en la que hay una presentación de personajes con un planteamiento de conflicto que después se va desarrollando hasta llegar a las últimas páginas de la primera parte con un cliffhanger final para dar paso a la siguiente novela. A decir verdad, la trama en sí misma no es tan relevante como sí lo son los personajes que se nos presentan en esta primera parte, las relaciones que se establecen entre unos y otros y la profunda personalidad con la que los ha dotado la autora. Todo ello son ingredientes muy sabrosos que invitan a fangirlear muchísimo porque son tantas las situaciones en las que se ven envueltos y son tantas las emociones y los sentimientos que van surgiendo entre ellos, que continuamente se necesita comentar con alguien lo idiota que ha sido el cabezota de Jake o lo adorable que es su hermana Zane. En realidad, es una lectura pensaba para el salseo, para conectar con unos personajes y para odiar a otros, para comprender a los más complejos y para exasperarse los más simplones en sus conductas.
La primera impresión que tuve al llevar leídas unas cuantas páginas era que más que leer una novela, estaba leyendo una serie de estas en las que el episodio piloto nos presenta a los personajes principales y luego capítulo a capítulo pasan cosas que van enredando o desenredando la trama semana tras semana. Así que así me lo tomé, y no podía evitar acordarme de series como One Tree Hill, The O.C. o Dawson's Creek. Por ello, creo que es mucho mejor que al empezar Amor y Virtud. Bajo Prejuicio todo el mundo tenga esto claro: la historia no comienza ni termina en ningún punto concreto. Simplemente empezamos un día cualquiera en las vidas de cada uno de estos jóvenes y poco a poco los vamos conociendo, vamos sabiendo sus aspiraciones, sus inquietudes, sus elaboradas personalidades y como es lógico, su evolución. Rolly Haacht ha desplegado un abanico de personajes con bastante habilidad, con personalidades tan marcadas y diferenciadas que casi podrían llevar su propia etiqueta en vez de nombres (la ingenua, el responsable, la insoportable…). Aquí sólo voy a resaltar a dos personajes, porque la historia en esta primera parte parece girar en torno a ellos dos, aunque todas las tramas de todos los chicos y chicas están muy conectadas entre sí y entre todos existe relación.
La primera relevante es Arabia Kurbagh (Ari para los amigos), la chica de la portada aunque no por ello la protagonista. Se merece que la resalte porque me parece un personaje 100% original, empezando por su raza, sus orígenes turcos, su pasado familiar y además, por su situación actual: la chica acogida por la ya familia numerosa Becker. Su mejor amiga es Zane Becker, la única chica que vive junto a sus hermanos Derek, Jake y Louis. Sin embargo, no encaja realmente ni como hermana, ni como vecina, ni como amiga (a excepción de Zane) porque es un conjunto de todo ello y a la vez, ninguna de todas esas cosas, ya que su rol va cambiando poco a poco dependiendo del resto de personajes principales y algún que otro secundario. Su forma de ver la vida y de afrontarla hacen de ella la más madura de todos pero a la vez también la convierten en la más pasiva del grupo, como si fuera una mera espectadora de los acontecimientos alrededor de la familia Becker, al menos al comenzar el año en el que somos testigos de su evolución. Para mí, Arabia reúne una combinación de rasgos que no había visto en otras novelas y creo que supone todo un acierto para que nos guste esta chica y nos interesen los giros que va pegando su vida paulatinamente.
Por otro lado, nos encontramos con la gran atracción de la trilogía, Jake Becker, una especie de Jim Stark, el protagonista de Rebelde sin causa. En serio os lo digo, cada vez que abre la boca yo lo visualizo con la icónica cazadora roja (aunque Jake es más de azul) y un aire a lo James Dean. Jake es el gran incomprendido de esta historia, aunque también es verdad que poco a poco se le van quitando las capas y, se compartan o no sus reacciones, al menos sí que tienen una justificación coherente y acorde con el personaje. Jake es tan contradictorio que tan pronto lo quería abrazar como darle un buen tortazo. Siendo sincera, algunas de sus características como personaje me crispan bastante los nervios como, por ejemplo, su papel de sobreprotector con casi todos los demás (aunque esto me ocurre con cualquier personaje que sea así en cualquier otra novela). Sin embargo, como contraste, adoro muchas de sus peculiaridades, como que sea plenamente consciente de lo poco que lo conoce la gente a su alrededor porque él no se deja o que le duela verse obligado a tener que cargar con un peso que realmente no pidió, por toda la situación familiar.
Por lo demás, este libro se lee solo, como se suele decir, y creo que se debe en gran parte al ritmo con el que lleva la autora la narración: súper ágil, sin grandes descripciones o reflexiones, mucho diálogo y mucha escena entremezclada con cada personaje y con cada punto de vista. Sin lugar a dudas, esta primera parte es una novela que te engancha sin saber muy bien cómo, porque sin contar con una trama excesivamente complicada y mediante escenas y diálogos bastante típicos (para ser más precisa, más bien son diálogos con muchos tópicos, sobre todo norteamericanos) la autora consigue lo que se propone: atraparnos en su red de personajes sin que nos demos cuenta porque necesitamos saber qué les va a pasar a todos y cada uno de ellos en el siguiente capítulo. En definitiva, se trata de eso, de ver cómo estos chicos de un pequeño pueblo de Utah a finales de los años 80 se van desenvolviendo en la vida como nuevos adultos, con nuevas responsabilidades, diferentes elecciones personales, prioridades que cambian y cómo no, poniendo en orden sus nuevos y caóticos sentimientos.

Por todo lo anterior, esta historia se ha convertido en una de mis recomendaciones fijas cuando alguien me pregunta por novelas new adult sencillas en su desarrollo pero adictivas por su estilo. La trama concreta podrá gustar más o menos, y lo que va ocurriendo podrá resultar más o menos interesante, pero lo que está claro es que siempre se pueden hacer conjeturas sobre cómo, dónde y con quién acabará cada uno y eso acaba entreteniendo a cualquiera. Desde que tuve la suerte de conocerla, Rolly Haacht ha pasado a ser una de mis autoras de referencia y con las que mi primer instinto, no me ha fallado. Así que voy a seguir recomendándola porque cumple con la función de entretener, emocionar y engancharnos, y es perfecta para conocer a una nueva autora con estilo propio.
Enlace: https://enmitiempolibro.blog..
Comentar  Me gusta         10



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(1)ver más