La puerta de las estrellas

“−Si te haces vendedor de árboles −dije−. ¿Podríamos tener un árbol de Navidad?
−Por supuesto −dijo papá volviéndose hacia mí−. Tú, hija de bandolero. ¿No crees que a los empleados les harán descuento?
−Seguro −dije yo.
−¿O tal vez gratis? −dijo papá, y yo asentí, porque creía que sería así” ~
La puerta de las estrellas de Ingvild H. Rishøi.

Llegué a este libro de casualidad, se chocó conmigo en la biblioteca y dije “mira, puede ser una buena lectura de Navidad” y acerté. Me ha encantado y me ha parecido precioso a la vez que triste y doloroso. Está narrado con mucha sensibilidad y cariño, capítulos cortos que te animan a seguir y realmente se puede leer en un día.

Conocemos a una familia desestructurada formada por la protagonista, Ronja, una niña de diez años, su hermana mayor Melissa, y su padre alcohólico que intenta darles lo mejor siempre con su enfermedad como reto y como gran obstáculo.

La historia se sitúa en Navidad en un pueblo nórdico. Ronja consigue un empleo para su padre vendiendo árboles de Navidad y cree que por primera vez en su vida va a poder tener uno. Sin embargo, las cosas se van complicando y las dos hermanas han de crecer demasiado rápido para poder hacer frente a la situación y quizá este es el punto más relevante del libro porque tenemos a Ronja que aun cree en imposibles mientras que su hermana Melissa pone el punto de realidad.

¿En qué momento se pierde la capacidad de creer, de tener esperanza? ¿Hay alguna edad que lo marca o son las constantes vicisitudes que nos pone la vida las que nos hacen perder la fe? Es realmente un cuento de Navidad, –de hecho se basa en uno– en el que también tenemos un personaje “Grinch” y otros más sensibles con la situación de las niñas.

Si aun estáis buscando lectura navideña, no dejéis pasar esta. No os vais a arrepentir.