El demonio de Laplace

"Según alguna cultura antigua —algo de eso había leído—, cuando matabas a alguien —supuso que un gato podría valer– su alma quedaba en un limbo y te pertenecía hasta tu muerte” ~ El demonio de Laplace de Antonio Guisado.

El demonio de Laplace es una novela oscura; bastante en la que línea a línea la angustia va aumentando. La histórica comienza con un hombre normal y corriente, casado y amante del deporte que un día siente un vacío en su cuerpo que parece que solo se apacigua matando gatos. Sí, si no llevas bien el tema del maltrato los primeros capítulos es lo que tiene: una ciudad, Sevilla, en la que van apareciendo gatos brutalmente asesinados y dos policías, Marcos y Gazo, a quienes les asignan el caso.

Ya sabemos lo que pasa en estos casos: ese sentimiento de vacío del criminal pide cada vez más y de los gatos, nuestro asesino pasa a otro nivel. El mal va en aumento y la oscuridad del libro va pareja. Nuestro asesino no está solo, le acompaña un hombre que no sabemos quién es ni siquiera él está seguro de si es fruto de su propia imaginación.

Reconozco que me ha costado pillarle el punto al estilo del autor, muy diferente al que encontré en su primera novela, La muñeca, que os recomiendo totalmente. al principio, sentí que la narración estaba muy cargada de símiles y de adjetivos que me sacaban de la lectura. Una vez pillado el punto ha sido un no parar pero es que la historia va a más, con situaciones que no te esperas y que le dan un vuelco tras otro a la trama, con cambios de narrador y de puntos de vista.

Gracias al autor por enviarme la novela y deciros que si os animáis a leerla pero os cuesta arrancar, no cejéis en el empeño. Sí, al principio cuesta pillarle el punto pero luego la devoras con un sentimiento de tensión interior que me es difícil de explicar y que te hace preguntarte hasta qué punto el ser humano es capaz de dominar al animal que lleva dentro.