Vampiros. Que más se puede pedir, es un tema que me encanta, si le añadimos, la acción propia de una búsqueda, lazos familiares, secretos, lucha y romance, tenemos una mezcla destinada a entretener y conseguir que no dejes de leer hasta que terminas con la historia. Lo malo, que al ser una saga, quedan muchos frentes abiertos, lo bueno, que precisamente por ser una saga, podemos seguir disfrutando de esta historia. Narrada en dos líneas temporales, el presente y el pasado, porque el protagonista, cuenta con 400 años desde su conversión. Que entre los personajes encontremos a la Condesa Sangrienta, Elisabeth Bathory y a Samael, me parece un gran punto a su favor, porque en los libros que hay lucha entre el bien y el mal, necesitamos unos personajes malvados que le resten importancia a los actos crueles que pueden haber cometido los personajes buenos. En cuanto a los personajes principales tenemos a Cristoph y Gabriel como los vampiros buenos, que no inocentes. Que sean atractivos, fuertes e inteligentes, no es más que la guinda del pastel. Y a Eva, la humana, no tan normal e insignificante como podría parecerle a un vampiro a simple vista. Perteneciente al linaje de otro de los personajes y con capacidades especiales que la convertirá en el objetivo de otros. Primer libro que leo de Kayla Grimalt, y tengo claro que no será el último, evidentemente tengo que saber más de estos personajes. Os la recomiendo. |