Tras el velo de las sombras

Aunque en mis reseñas he mencionado ya varias veces que la literatura sobre vampiros es posiblemente mi género favorito, considero que no está de más remarcarlo de nuevo ya que pudiera parecer que pocas sorpresas me depararía esta temática y, sin embargo, Tras el velo de las sombras ha constituido una muy grata. En esta primera entrega de la saga El legado del ángel negro, su autora Kayla Grimalt ha ido mucho más allá de la novela romántica centrada en estos misteriosos seres de la noche para ofrecernos la apertura a un mundo que promete estar plagado de acción, aventura, y fantasía oscura (algo que ya hemos podido constatar desde sus primeros capítulos).

Eva ha sido contratada para catalogar las antigüedades de la mansión del misterioso señor de Laurence. Desde los comienzos de su cometido se verá inmersa en la búsqueda de una antigua reliquia cuya pista le llevará a descubrir todo un mundo sobrenatural que, si bien no le era completamente ajeno, su mente se negaba a aceptar previamente. Arrastrada así al corazón de una rebelión entre vampiros, se encontrará dispuesta a ayudar a Gabriel en su convicción de liberarse del yugo de una esclavitud que ha tenido que soportar durante siglos.

La trama principal se desarrolla en el norte de España en la actualidad, ambientación que me ha resultado especialmente pertinente y acertada por el aura que envuelve sus paisajes, su clima y su oportuna escasez de luz solar. Pero además de ello conocemos la historia de los vampiros principales gracias a la adición de otro hilo temporal desarrollado a comienzos del siglo XVII en Eslovaquia. Debo señalar que la manera en que se desenvuelven y entremezclan ambos hilos no me ha parecido nada forzado, combinándose perfectamente para ir comprendiendo poco a poco el universo sobrenatural en que progresa la trama.

He sentido especial debilidad por la elección de dos villanos traídos, por un lado, de la más pura tradición histórica en cuanto a personajes cruentos se refiere (muchas veces el horror de la realidad supera con creces la ficción) y, por otro, de la teología e imaginario colectivo respecto a los ángeles caídos. Por otro lado, considero que también se da esta complementariedad perfecta entre la parte puramente romántica del libro que puede actuar como conductor del argumento, y todos los demás elementos de fantasía y aventuras. de hecho, incluso la rapidez del avance de esta historia de amor se encuentra perfectamente explicada mediante un recurso que vuelve a empastar magistralmente los acontecimientos pasados con los actuales.

En ningún momento he tenido la sensación de hallarme ante una novela puramente introductoria, sin embargo el final augura que en los próximos libros encontraremos aún más aventura al compás de la búsqueda que ha comenzado en este. Quedan muchos interrogantes y muchos misterios también en torno a personajes secundarios como Cristoph (posiblemente mi preferido) que se nos anuncian ya para la próxima entrega. En definitiva, no esperaba encontrarme con una novela que excede los límites de la fantasía romántica de una manera fresca y original con unos personajes fuertes y enigmáticos cuyo futuro y secretos estoy deseando conocer a través de una saga que me ha generado altas expectativas.