Ciudades de papel

El libro está narrado en primera persona por Quentin, el protagonista de esta historia, aunque en realidad todo el libro gira en torno a Margo.
A su vez, el libro está dividido en tres partes perfectamente diferenciadas como desarrollo, nudo y desenlace y también podemos observar claramente la caída monumental de la trama hasta hacer ploff. Una trama que se va volviendo cada vez más descolocada e irreal hasta decir basta, Con un final que parece que está pillado por pinzas de cualquier manera, un final que me ha decepcionado a más no poder, un final que esperaba que salvara la historia, pero no.
Con respecto a los personajes, he de decir que no he conseguido conectar con ninguno y me parecen bastante absurdos todos, sin ninguna evolución a lo largo de la historia.
Margo, es un personaje que pensé que en un principio pensé que me gustaría bastante, y lo hacía hasta que a John Green le dio por volverla vacía. Tenía muchos puntos en positivo como son esas ideas descabelladas suyas y realmente pensé que era un personaje que, aunque claramente tenía varios problemas mentales, sorprendería mucho, pero no. Se quedo en esas descabelladas ideas del principio del libro.
Q, o Quentin, como queráis llamarlo, es un personaje que pretende que todas las personas a su alrededor se adapten a él, pero él no se adapta a su alrededor.
Qué decir de sus dos amigos, Ben y Radar. Me da que son como el diablillo y el angelito que sale en los dibujos encima del hombro de uno intentando llevarles por el buen o mal camino. Ben no me ha gustado para nada, si fuera una persona real no me gustaría para nada conocerle, en cambio, Radar, aunque tiene sus cosas, creo que es el único personaje que me ha gustado algo de toda la novela sin contar a la Margo que yo esperaba que hubiera basándome en el principio de la historia. Radar es el buen amigo que todos deberíamos tener.
Creo que la historia en sí era una buena idea que podría haber dado mucho de sí si se hubiera llevado por otro camino y no, como yo pienso, con el de convertirse en una novela juvenil mejor que las novelas juveniles a base de malas palabras y metáforas cogidas de los pelos para enganchar a los lectores con un falso aire fresco.
Lo que sí he de reconocer es que la historia se hace ligera por lo que es rápida de leer y que en ocasiones te hace plantearte ciertos aspectos de la vida, la amistad y el amor. Y esto, queridos lectores, es lo único bueno que yo le saco a una historia que prometía tanto que se convirtió en un ploff.