El corazón helado

Me despido de El corazón helado por segunda vez. Difícilmente vuelva a leerlo una tercera, aunque nunca se sabe; algunos libros son hogar, como es el caso de este.
Dicen que pocas historias aguantan una relectura y que quizás es mejor quedarse con el primer recuerdo del mismo. Volver a leerlo, en este caso, ha sido tan gratificante como la primera vez para mí.

El libro es largo, de prosa retórica, magnética y en algún momento hasta algo densa, aunque sin dejar de ser una lectura amena.

Almudena Grandes construyó esta ficción histórica sobre la Guerra Civil española, su participación en la Segunda Guerra Mundial, la dictadura de Franco y el exilio en Francia de muchas familias republicanas. Me atrevo a decir que dejó en él, una parte importante de sí misma, implicándose en el bando de los vencidos, desde donde seguramente su familia vivió el conflicto.
Querida Almudena, gracias por tu contribución a rescatar la memoria histórica para no olvidar NUNCA porque somos quienes somos, de donde venimos y sobre todo, hacia donde no queremos volver.

Podría decir que El corazón helado es una novela histórica con uno o varios misterios, una historia de amor inesperado, inoportuno y obsesivo. Una revolución interior, la de Álvaro Carrión “un hombre normal, al que le pasan cosas normales”. Una historia de supervivientes, oportunistas, exiliados, expolio, ambiciones y venganza. No mentiría en ningún caso, aunque creo que su magia reside en el retrato complejo del alma humana, que la autora es capaz de mostrarnos, dotando a los personajes y sus acciones de ciertos matices que ayudan a comprenderlos al menos en parte sin justificarlos, o a desmitificar a otros. Pero por encima de todo, nos pone en la piel de los personajes de la historia del pasado y la del presente. Elegir saber o no saber, justificarte o justificar y vivir contigo mismo y lo que queda después de eso.

Maravilloso título en referencia al poema de Antonio Machado para una historia que deja al lector con el corazón de todo, menos helado.