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No es lo que parece y eso es lo más interesante de este libro. Irónicamente, me ha parecido una lectura agradable, y así definiría todo su contenido. del tipo de libros con los que se avanza despacio, pero hay algo que te mantiene en vilo constantemente. La trama se centra en tres casos de asesinatos ocurridos en la Escocia de 1869. Graeme nos cuenta esta historia real construyendo sus páginas a través de la propia mano del acusado, archivos del juicio celebrado y trazos de su propia imaginación. Roderick escribe sus memorias, mostrando la pobre forma de vida que llevaba una parte de la sociedad de la época. Campesinos y apareceros sobreviviendo de sus tierras, un vecindario hosco y frío. Lo que ocurre realmente es que nos metemos en la mente del propio asesino, en su día a día, sus pensamientos y sentimientos, y yo me he dado cuenta de ello días después y escribiendo esta reseña. ¿Hasta que punto lo que nos cuenta es real? Esa es otra de las partes más interesantes. Te preguntas por qué, si la locura es lo que vive Roderick o la venganza no siempre significa locura. Es un personaje escalofriante, rodeado de misterios por todas partes. La novela me ha gustado y me parece que el trabajo histórico es bueno. El único puntillo que le saco es que me hubiera gustado algo más de tenebrosidad. Me ha dejado con ganas de más, quizá para otra novela de Graeme. |
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