Apegos feroces me ha estado revolviendo por dentro durante toda la lectura. Quizás porque he reconocido a mujeres de mi vida en él, he reconocido actitudes de algunas madres, de la mía propia, y de hijas, de mí misma. Porque la autora retrata de una forma muy vívida ideas o pensamientos con las que hemos tenido que lidiar muchas mujeres, hacer una vida fuera de lo que te han inculcado durante toda tu vida, en casa y en la sociedad y en sentir a tu madre apoyándote pero juzgándote a la vez en cada movimiento. Porque apegos feroces cuenta la relación de la protagonista con su madre y otras mujeres, pero también su relación con ella misma y su forma de vivir. Y, por lo menos a mí, me ha tenido todo el rato despertando emociones que me hacían nacer ese apego feroz hacia las páginas. |