La colina que ascendemos: Un poema inaugural

Reconstruiremos, reconciliaremos
y recuperaremos,
en cada esquina conocida de nuestra nación,
en cada pliegue de nuestro país,
nuestro pueblo, diverso y responsable.
Emergeremos, lacerados y hermosos.

Y mientras nuestros ojos miran hacia el futuro,
Los ojos de la Historia miran hacia nosotros.

Cuando despunta el día, abandonamos la
sombra,
flamígeros, sin miedo.
El nuevo amanecer, libre al fin, florece
pues siempre hay luz,
si tenemos valor para ver la luz,
si tenemos arrojo para ser luz.

Con cada aliento de nuestro golpeado
pecho broncíneo
transformaremos este mundo herido
en otro extraordinario.

La victoria habitará
no en el filo de la espada, sino sobre los puentes
tendidos.

Permaneceremos unidos para siempre,
victoriosos,
no porque jamás conoceremos
la derrota,
sino porque nunca más sembraremos
la división.