La escala de los mapas

Hay libros que tras acabarlos te dejan huérfano, con ganas de que todas las próximas lecturas te dejen con tan buen sabor de boca como esta.
Ya hace tiempo que le había echado el ojo a este libro y ahora me arrepiento de no haberlo leído antes. Ya adelanto que me ha encantado la que fue la primera novela publicada por Belén Gopegui.
El protagonista del libro, Sergio Prim es un geógrafo que vive obsesionado por la búsqueda de lo que define como el «hueco», el lugar inhabitado donde se protege de las inclemencias de la vida. Un lugar imaginario donde evadirse y cobijarse de la realidad.
Por causas del azar, se encuentra un día con Brezo Varela, la que fue su amor platónico en su época universitaria; la mujer con la que tanto soñó en su juventud. Tras varios encuentros, ve como el sueño idílico de poseerla en sus brazos, se hace realidad.
Tras empezar a vivir una vida en común, con un futuro que se presenta prometedor, y todo parece perfecto, Sergio Prim comienza a sentir ansiedad y el miedo a ser amado, con el que solo conseguirá llegar a la destrucción de este tan soñado momento. Ha sido durante años tan idílico y asombroso en su cabeza que comienza a sentir pánico por que algo cambie y destruya esa imagen de su cabeza, incapaz de disfrutar del presente. Sergio Prim mantendrá una lucha interior entre lo onírico y la realidad, prefiriendo refugiarse en ese hueco de su cabeza y acurrucarse en algo que imaginó tan perfecto e idealizado, que vivir en la realidad cargada de hostilidades y posibles amenazas de destruir ese amor.
Me ha encantado este libro ya no solo por la historia en sí, sino por la delicadeza y palabras con la que está escrito, un lenguaje poético tan característico de Gopegui que consigue de acariciar cada palmo de tu mente.
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