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Un texto inusual, de lectura rápida y de digestión lenta y muy provechosa. Se trata de una propuesta que se le hace a Belén Gopegui para participar en un ciclo de conferencias titulado “Ni ellas musas ni ellos genios”. La participación de la escritora versaría sobre la relación entre Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite , sin embargo la autora propone relatar la historia de sus padres, cuestión que aceptarán los impulsores de la conferencia. Y así, este libro-conferencia parte de la relación que inicia la pareja de Margarita Durán y Luis Ruiz de Gopegui, madre y padre de la autora. Nos irá contando la peripecia vital de estas dos personas, la peripecia vital de dos personas que se quieren , se aman y también se respetan. El camino que comienzan se verá casi desde el principio, truncado en sus aspiraciones, cuando estos recién casados, tienen que afrontar un diagnóstico demoledor. Una negligencia médica y sus posteriores consecuencias. Su primera hija, Miriam, está aquejada de parálisis cerebral. Este tremendo bofetón de la vida lo va a poner todo paras arriba. Un acontecimiento que obligará al matrimonio a modificar y a olvidar algunos de sus anhelos, deseos y propósitos. La esperanza de vida de su hija Miriam estaba previsto por los médicos a tres años, los cuidados y dedicación de la madre aumentaron esa esperanza de vida a 26 años. En este texto, lo hace explícito la autora, el padre, Luis ocupará un segundo plano, ya que se trata de hablar de la madre y de que esta aparezca resaltada. La autora pondrá luz a esta mujer, a su madre, iluminándola para mostrarnos como, a pesar de las enormes dificultades a todo nivel con que se encontró, no fueron estas suficientes para quebrarla, para romperla, muy bien al contrario, parecía que con cada dificultad se engrandecía su determinación. Su capacidad para multiplicarse fue enorme, su meta era clara, llegar a cuantos más , mejor, y así es como pudo atender demandas de todo tipo, incluso aquellas de carácter internacional como fue su colaboración y apoyo a las madres de la Paza de mayo de Argentina así como su denuncia a la dictadura chilena. Su labor en España , concretamente fue amplia y plural , sobre todo el trabajo social que vino a desarrollar. Pronto advirtió la importancia de que las madres se reunieran, de que las madres hablaran , de que las madres contaran sus dificultades, que se comunicaran unas con otras , que descargasen los problemas en compañía, que pudieran animarse y darse fuerzas cuando llegara la adversidad o vivieran en ella. Margarita Durán conocerá a José María Llanos, el cura al que todos conocían como el padre Llanos, con el que colaborará erigiendo una fundación para contribuir al desarrollo del barrio, posteriormente, también se habilitaría una escuela de hostelería. También fue un miembro activo de la corresponsalía de la sección británica de Amnistía Internacional, desde las que combatía la violación de los derechos humanos. Los proyectos y avances sociales seguirían sucediéndose poco a poco, y en ellos encontraremos la fuerza, el dinamismo y la creatividad de Margarita Durán. Luchó con firmeza , con determinación y sin aparente desmayo por su hija discapacitada, luchó por la organizaciones que hicieron posible los encuentros entre personas para que desde ellas y no si derramar energía, sangre y lucha, pudieran salir adelante mejoras sustanciales para colectivos de todo tipo, que eran olvidados. Ningún dolor que pudiera rozarle fue ajeno a ella. Podemos decir y vamos a afirmar que Margarita Durán perteneció a ese grupo de personas, a las que Bertolt Brecht calificó cono imprescindibles. Una de las grandes luchadoras que dejó su vida, sin salirse nunca del campo de batalla, en el que se estuviera dirimiendo la lucha que mejoraría la vida de todos aquellos que quedan en las afueras del sistema. Texto armado como conferencia que llega para alcanzarnos y hacernos pensar y también desear llegar al rescate de cuantas mujeres han sido ignoradas, solapadas, negadas y olvidadas en sus extraordinarias capacidades, cuando no, siendo directamente anuladas, haciéndolas invisibles, dejando que el espeso y pegajoso polvo de la injusticia de la misoginia, las cubriera hasta acabar con su presencia y sobre todo, con lo que fue su legado. No venimos al mundo a nada, no para nada, aunque no lo sepamos o pueda interesar que lo ignoremos. Es lo que he pensado al leer esta conferencia respecto a mí y a las preguntas que me ha dirigido interpelándome: ¿Por qué no hago ni desarrollo lo que seguramente he venido a hacer en este mundo? ¿Por qué me quedo quieta y no actúo? ¿Por qué me decanto por no sacar el pensamiento rebelde, que me acompaña desde que yo recuerde? ¿Por qué no lo saco a la calle para hacer esas cosas, que sé que podría hacer bien?. Seguramente, nunca voy a dar respuesta a estas cuestiones, seguramente, nunca haré nada de aquello que podría hacer bien y que dejo que se entierre cada vez más hondo, en una tierra yerma, en un interior mío que se seca porque no sabe beber el agua clara , limpia y sustanciosa de la vida, incapaz de luchar por aquello en lo que cree con firmeza. Esto es lo que el libro de Gopegui, “Ella pisó la luna” me ha despertado, eso es lo que la historia de Margarita Durán, la madre de la escritora, me ha mostrado a través de su compromiso, de su lucha, de su valentía, de su intuición, de su perseverancia y de su claridad cerebral, humana y emocional. Margarita Durán, pues, se perfila para mí en todo eso que no consigo ser yo, aun a pesar de que conozco y reconozco esa materia prima en mí. Margarita Durán no sólo fue una mujer valiente que consiguió salir del mundo enclaustrado, de su encierro, sino que consiguió emerger a un mundo repleto de dificultades , opuesto a la justicia social, que ella supo dentro de su ámbito de actuación, transformar. Ya lo hemos dicho, el libro es breve, peo su sustancia es enorme. |
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