No olvides mirarte al espejo y sonreír a la persona que estará contigo en las buenas y en las malas.
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No olvides mirarte al espejo y sonreír a la persona que estará contigo en las buenas y en las malas.
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Él era de esa clase de amores que nunca llegan a ser, de los que no pasan de sueños palabras bonitas y deseo ligero, de esos que luego se llenan de tristezas y hojas secas. Uno de esos que uno lo recuerda como: ¿Qué hubiera pasado si…? |
Él me robaba las sonrisas que creía perdidas.
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¿Y qué me dices de dar la vuelta al mundo?
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¿Qué queda del futuro si en mis atardeceres no estás tú para tomar la foto?
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Tu sonrisa, definitivamente, es mi refugio favorito.
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Con el tiempo aprendí, que después de que logras aceptarte a ti misma llega lo que te mereces, no antes, antes llegan aventuras pasajeras que no son dignas de ti ni tú dignas de ellas. Antes aprendes, experimentas y tomas nota. Mientras tanto, creces… y te preparas para ser feliz.
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Descubrí grandes valores que amé con todas mis fuerzas y me aferré a ellos como mi caballito de guerra, el amor propio, la humildad, la modestia y la empatía levantaron mi frente, me sentí completa, plena y feliz…
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Tuve que dejar de esperar que alguien viniera a repararme, porque a nadie le importaría más que a mí misma verme bien, verme triunfar.
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No preciso que me levantes el autoestima, no es necesario tenerte a mi lado para poder sonreír y ser feliz… ¿pero sabes por qué? Porque primero tuve que aprender a amarme para no necesitar nada de eso.
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Marinero en tierra