Esta novela corta que se puede leer en una sola sentada me ha dejado cautivada. David relata el día en que va a morir su hijo Jacobo, mientras intenta lograr en su pintura el efecto de la luz sobre el agua. Es tal la riqueza del lenguaje de Tomás González, que las imágenes cobran vida casi con textura. Cuando terminé me fui directo a buscar quién es este escritor y me sorprendí con un titular que decía: “Tomás González, el secreto mejor guardado de la literatura colombiana”. Magnífica lectura!!! |