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«El diario de Olivia Morgan» nos presenta una situación apocalíptica en la que el ser humano es la mano ejecutora. La sangre fría y la ausencia de conciencia dirigen los actos de un grupo de hombres y mujeres que anteponen la consecución de su objetivo sin dar valor a nada más. El diario de Olivia, la protagonista, es el hilo conductor de la narración, donde se explica cada novedad, el avance de la pandemia y la actitud de la sociedad respecto a ella. Su visión como periodista da un enfoque objetivo de la situación, además de mezclarse con sus propias apreciaciones y sentimientos. Creo que esta ha sido una elección muy acertada por parte del autor, ya que, de un modo muy ameno, explica toda la complejidad de los hechos. Las partes del diario se van alternando con las de «las serpientes» (los dos brazos que controlan el virus) y el resto de protagonistas, todos con un papel importante en la novela. La mezcla de personalidades le da una visión realista a la historia puesto que esa variedad de dudas, debilidades y la dualidad de sentimientos a la hora de afrontar la crisis provoca la empatía del lector. Me parece interesante destacar cómo el autor va solapando los hechos desde la visión de uno u otro, ajustándolos en el tiempo y dotando a la historia de una agilidad que hace que te sumerjas en ella y necesites saber qué va a suceder con esa gente. Son escenas, marcos cinematográficos, muy visuales y con mucha acción. Por otro lado, además de ser entretenida y adictiva, la historia también está llena de pinceladas de crítica social que considero que contribuyen a la visibilidad y normalización por la naturalidad con la que trata muchos aspectos de actualidad. Y para concluir, diré que la desolación, la angustia y el dolor se mezclan con el amor, la amistad o la lealtad en una novela que no deja margen para pestañear. «El diario de Olivia Morgan» es un preámbulo, la primera parte de una historia que merece la pena por interesante, original y bien contada. |
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